Ante una fibrosis peneana que produce incurvación durante la erección, existen tratamientos basados en fármacos, dispositivos de tracción peneana, modelado del pene y ondas de choque de baja intensidad.
El tratamiento conservador (no quirúrgico) para la enfermedad de La Peyronie está dirigido principalmente a tratar a pacientes en la etapa inicial de la enfermedad.
Este tratamiento farmacológico está indicado para aliviar los síntomas y prevenir la progresión de la enfermedad. Pueden ser tratamientos orales, intralesionales o terapias físicas.
En la actualidad, no hay evidencia convincente que apoye muchos de los tratamientos orales que se han empleado en esta enfermedad, como la vitamina E, el para-aminobenzoato de potasio (potaba), el tamoxifeno y la pentoxifilina.
Se pueden usar medicamentos antiinflamatorios no esteroides para tratar el dolor en la fase aguda y se ha demostrado un cierto beneficio con el uso de sildenafilo y otros fármacos para permitir una erección que mejore la calidad de las relaciones en los enfermos.
En cuanto al tratamiento intralesional, consiste en la inyección en la placa fibrosa de ciertos fármacos que pueden mejorar la curvatura del pene, el dolor y la densidad fibrosa de la placa. Se han empleado también diferentes fármacos, pero los más efectivos son la colagenasa de Clostridium histolyticum y el interferón.
Entre las terapias físicas, se puede ofrecer a nuestros pacientes un tratamiento con ondas de choque extracorpóreas para tratar el dolor del pene y terapia de tracción peneana sola o en combinación con terapia inyectable como parte de un enfoque multimodal puede reducir la curvatura del pene y aumentar la longitud del pene.
También son útiles los dispositivos de vacío que generan erección al provocar el paso de sangre a los vasos peneanos provocando una erección.
