Está indicado colocar una prótesis en casos de disfunción eréctil que no responden a ningún otro tratamiento. Permite obtener una erección de buena calidad y mantener las sensaciones normales de las relaciones sexuales
Algunos de los pacientes con disfunción eréctil no responden a los tratamientos farmacológicos orales, tópicos o a las inyecciones intracavernosas.
En estos casos la mejor opción de tratamiento es la implantación de una prótesis de pene, un dispositivo que colocado dentro de los cuerpos cavernosos del pene permite conseguir la erección para mantener una relación sexual. Es el último recurso terapéutico ya que se considera irreversible.
La intervención consiste en una pequeña incisión entre el pene y la raíz del escroto, la apertura de los cuerpos cavernosos y la colocación de unos cilindros de la longitud y el grosor adecuados.
Las prótesis pueden ser de dos tipos: maleables o inflables.
Las maleables son dos cilindros que mantienen permanentemente el pene en erección y que el individuo levanta hacia el abdomen para mantener la penetración o puede esconder. No es la prótesis ideal pero en determinados pacientes con problemas de destreza manual puede ser la mejor opción.
Las prótesis inflables son las prótesis ideales porque permiten inflarse a voluntad, consiguiendo la erección más cercana a la natural posible, y se disimulan perfectamente en flaccidez.
Es una cirugía muy segura, con una tasa de complicaciones escasa, aunque la infección es la peor de todas y obliga a la retirada de la prótesis. La estancia hospitalaria es de unas 24 horas y se puede volver a mantener relaciones sexuales al cabo de unas seis semanas.
Los modelos de prótesis actuales obtienen unos resultados de satisfacción tanto del paciente como de la pareja excelentes, y es un medio absolutamente eficaz y seguro para resolver los problemas de disfunción eréctil.
